Foto: La Vanguardia |
El terremoto, cuya magnitud fue rebajada a 7,4 desde una inicial de 7,7 según el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS, por su sigla en inglés), remeció edificios y envió a miles de personas a las calles en los diferentes estados donde se sintió, provocando algunas escenas de pánico.
La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA, por su sigla en inglés) emitió una alerta de tsunami para México, Guatemala, El Salvador y Honduras.
El presidente Andrés Manuel López Obrador y la alcaldesa de Ciudad de México dijeron que no tenían reportes inmediatos de daños. En algunos sectores de la capital se fue la energía eléctrica.
El último gran seísmo que se sintió en el país fue en septiembre del 2017, cuando murieron varios cientos de personas y miles de edificios resultaron dañados y varias decenas colapsaron.
“Sonó la alerta sísmica y ya la gente de Gayosso (funeraria) nos indicó la salida. Estábamos en el cuarto piso y cuando veníamos por el tercero sentimos el jalón”, dijo Magdalena Rubí, una mujer de 52 años que estaba en el velorio de un familiar e la capital.
“Lo que nos ayudó es
que nos veníamos sosteniendo en las escaleras pero ya al momento de
llegar a la planta baja nos sentimos mareados”, agregó.
REUTERS
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