Mukesh Ambani, el magnate multimillonario que dirige el imperio corporativo de Reliance Industries, propietario de la Superliga india, ve amenazado el dominio de su familia ante la presión de algunos ejecutivos de la asociación y los clubes de fútbol del país.
En juego está el futuro financiero del fútbol en un país dedicado al críquet. El resultado de la lucha por el poder también podría ayudar a determinar si la India puede llegar a ser una potencia mundial en el deporte y hacer realidad las palabras del expresidente de la FIFA, Sepp Blatter, que habló del país como un “gigante dormido”. También está en juego, naturalmente, el gran sueño: que la nación pueda algún día jugar o incluso organizar una Copa Mundial.
El grupo de Ambani lanzó en 2014 la Superliga India, una competición de élite de equipos de reciente creación, con el objetivo de atraer inversiones y grandes nombres mundiales, de forma muy similar a como lo ha hecho la Indian Premier League en el críquet.
Sin embargo, las tensiones se han ido acumulando en torno a quién tiene la última palabra: la asociación de fútbol de la India, que técnicamente dirige el fútbol a todos los niveles, o el grupo de Ambani, que posee la máxima categoría, integrada por 10 equipos.
La estructura supone una extraña división de poder en el fútbol mundial, y la reciente disputa entre el bando de Ambani y la asociación ha puesto de manifiesto las divergencias en la dirección del fútbol indio, cuya selección nacional ocupa el puesto 108 en el ranking mundial.
Este año, antes de la pandemia de COVID-19, un alto ejecutivo de la asociación de fútbol de la India, Kushal Das, escribió a Martin Bain, el lugarteniente de Ambani que dirige Football Sports Development Limited (FSDL), una sociedad de Reliance que es propietaria de la liga.
El entrenador nacional, empleado por la asociación, se ha quejado de que el fichaje de tantos extranjeros en el fútbol indio podría frenar el desarrollo de jugadores nacionales. Das, en un intercambio de correo electrónico de marzo que fue visto por Reuters, dijo que el órgano rector tenía derecho a limitar el número de jugadores extranjeros autorizados a competir en la Superliga.
El rechazo fue rápido.
“Contrariamente a la posición que ha expresado en su correo electrónico, todas las normas de competición necesitan la aprobación de la FSDL”, respondió Bain, según una copia del intercambio de correos electrónicos.
La asociación de fútbol cedió por esta temporada.
Representantes de Reliance y FSDL no respondieron a las repetidas peticiones de comentarios para este artículo. El director de comunicación de la asociación de fútbol, Nilanjan Datta, no quiso hacer comentarios al respecto, pero dijo que las preguntas sobre las tensiones con la FSDL eran “infundadas”.
Solicitudes de comentarios enviadas por Reuters a Bain y Das, a través de la FSDL y la asociación, no fueron atendidas.
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UN DEPORTE PARTIDO EN DOS
La problemática sobre el origen de los jugadores es una cuestión debatida en todo el mundo; algunos sostienen que los veteranos importados se interponen en el camino de los talentos nacionales, mientras que otros afirman que se encargan de elevar los estándares y compartir habilidades y experiencia.
Sin embargo, las divergencias de pareceres también revelan un conflicto en el seno del deporte en la India.
Los partidarios de la FSDL y de la familia Ambani dicen que la Superliga ha dado visibilidad y ha captado dinero para un sector descuidado y con poca inversión, y que ha traído a jugadores de marca como el italiano Alessandro Del Piero y el francés Robert Pires.
La esposa de Ambani, Nita, presidenta de la FSDL y rostro público de la liga, ha expresado su esperanza de que India se clasifique para la Copa del Mundo de 2026, y que algún día sea la sede del torneo. Y algunos propietarios de clubes de la Superliga están comprometidos con lograr una revolución futbolística.
“Los jugadores indios se están beneficiando de la llegada de extranjeros y entrenadores de calidad”, dice Mandar Tamhane, máximo ejecutivo del JSW Bengaluru FC. “El fútbol se ha convertido en algo mucho más táctico y técnico”, añade. “La exposición ha ayudado al desarrollo del fútbol indio”.
No obstante, la influencia de los Ambani no es tan bien recibida por algunos propietarios de clubes de la tradicional liga de fútbol de la India, la I-League, que dicen que la Super League está absorbiendo la atención y la inversión del resto del deporte y frenando su desarrollo a largo plazo.
“Esta es una adquisición hostil a más no poder. Básicamente son los dueños del fútbol”, dijo Ranjit Bajaj, un antiguo mafioso (según se describe él mismo) que encontró la redención en el fútbol y figura prominente del deporte que llevó al equipo de Punjab a un campeonato nacional de la I-League en 2018 como dueño del mismo. “Es realmente triste”.
Los Ambani no respondieron a las peticiones de comentarios hechas a través de Reliance.
La familia está acostumbrada al dominio de los sectores donde opera en el país.
El imperio Reliance, con un valor de mercado de unos 153.000 millones de dólares, incluye la principal empresa de telecomunicaciones de la India, una gran cadena minorista, el mayor complejo de refinerías, un grupo de noticias y un estudio de Bollywood. Los ingresos del grupo en el último año fiscal representaron alrededor del 3% de la economía de la India, que mueve anualmente 2,9 billones de dólares.
“UNA SITUACIÓN MUY DIFÍCIL”
Hace una década, Reliance y su socio IMG Worldwide rescataron a la asociación de fútbol, que tenía problemas de liquidez, comprometiéndose a aportar unos 140 millones de dólares en 15 años a cambio de patrocinio, derechos de distribución y la dirección de la Superliga (Super League).
La asociación sigue dependiendo del dinero del acuerdo. Envió seis correos electrónicos a los ejecutivos de Reliance entre mayo y octubre del año pasado, revisados por Reuters, diciendo que no se habían recibido pagos de 6 millones de dólares. En uno de ellos se advertía de una “grave crisis de liquidez” y se decía que la asociación tenía que suspender los pagos a los proveedores.
Un ejecutivo de Reliance respondió dos veces, una diciendo que se tardaría más tiempo en liberar el pago y otra diciendo que el pago estaba en proceso.
Reliance no respondió a las solicitudes de comentarios sobre este intercambio de correos electrónicos.
La asociación de fútbol ha analizado si sería posible renegociar partes del contrato, según una grabación de audio revisada por Reuters de su presidente hablando con los ejecutivos de la I-League en una reunión el año pasado, aunque no está claro qué partes.
“Cuando se trata de un gigante como FSDL, cuya matriz es Reliance, legalmente se llega a una situación tan difícil”, dijo el presidente de la asociación Praful Patel en la reunión de julio.
Dijo que FSDL había salvado a la asociación de caer en deudas, añadiendo: “Han invertido mucho dinero”.
Patel no respondió a peticiones de comentarios de Reuters hechas a través de la asociación de fútbol.
FÚTBOL Y BOLLYWOOD
Hasta ahora, sin embargo, la Superliga en sí misma no ha demostrado ser ni muy popular ni muy lucrativa, algo poco habitual para una empresa de Ambani. La asistencia a los estadios se ha reducido a la mitad en los últimos seis años, y es probable que la pandemia empeore la situación.
Por supuesto, crear una liga rentable en un país apasionado por el críquet siempre va a ser una tarea difícil. Pero veteranos del sector dicen que Ambani se equivocó al excluir a los clubes originales de la India y crear un torneo independiente sin promoción ni descenso.
“Fue una oportunidad 100% desperdiciada. El dinero que entra es bienvenido, pero debe ser gastado de manera adecuada, no solo para generar revuelo mediático”, dice el popular comentarista deportivo Novy Kapadia.
Los ocho clubes originales de la Superliga eran propiedad de pesos pesados de Bollywood como Ranbir Kapoor, campeones de críquet como Sachin Tendulkar y destacados hombres de negocios, aunque varios de ellos han abandonado la liga desde entonces. Dos nuevos equipos se unieron en 2017.
En 2014, el grupo de Ambani proyectó inicialmente que los clubes serían rentables en unos cinco años, según una fuente del sector con conocimiento directo del asunto.
Sin embargo, ninguno de los ocho clubes originales, cuyos últimos estados financieros fueron revisados por Reuters, había llegado al punto de equilibrio en marzo de 2019, excepto el Bengaluru, con unos 234.000 dólares de beneficio.
FSDL, una empresa controlada al 65% por Reliance y al 35% por la cadena Star India, propiedad de Walt Disney, tiene un control notable sobre los clubes, según un borrador del contrato de 2014 al que tuvo acceso Reuters.
Los clubes deben seleccionar a los entrenadores de una lista aprobada por la liga, no pueden vender acciones sin permiso y deben gastar al menos 500.000 dólares por temporada en marketing.
Kapadia, el comentarista deportivo, dice que el futuro de la liga depende de que los multimillonarios sigan financiando a sus clubes, especialmente porque la próxima temporada podría retrasarse y jugarse sin jugadores extranjeros o espectadores debido al coronavirus.
“El daño será muy severo”, dice, aunque agrega que la liga continuará “mientras haya suficientes ricos en la India para tirar dinero”.
Reuters
Información de Alexandra Ulmer y Sudipto Ganguly; editado por Pravin Char; traducido por Tomás Cobos
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