Charly García y la tragedia de Peperina: una historia de bullying en el rock



En 1980, la periodista Patricia Perea criticó a Charly García, quien se vengó componiéndole la canción Peperina. Un nuevo libro sobre mujeres del rock rescata la historia de esta cordobesa, que sufrió el estigma de ser retratada como groupie del interior.

La crítica de Patricia en el Expreso Imaginario fue dura, aunque iba en el mismo tono de lo que se le criticaría cada vez más a él: por cada show bueno, había muchos regulares y descontrolados por la figura mediática que crecía en protagonismo.

Como el show fue a fines del ‘79, salió en la edición de principios del ‘80. Patricia califica de decadente el espectáculo, y hace hincapié en la actitud histérica y burlona de Charly sobre el escenario.

“Donde los temas ‘grasosos’ fueron desprolijamente ejecutados y en más de una oportunidad interrumpidos y acortados. Las voces no se explotaron como en otras oportunidades: se escucharon turbias y desafinadas”. Además, señaló que el promedio de edad del público era de quince años, lo comparó con el de Sandro, y le llamó la atención la exacerbación idólatra a la figura de Charly.

Alcanzó eso para que el ídolo máximo del rock argentino pegara el grito en el cielo. La venganza de su parte fue dura, cruel, y eterna. La condenó para siempre en un lugar de resentida, groupie despechada, y lo hizo con una canción. En ese gesto efectivo, Charly, además, dio una lección: las mujeres que critican a músicos lo hacen por despechadas, porque se les negó el acceso al sexo con el ídolo.

En 1983, Charly estaba tocando en el Luna Park; era la presentación de su gran disco Clics modernos y, antes de empezar Peperina dijo: “Voy a tocar un tema de una chica que le gustaba ir a habitaciones de moteles, a ver si le daban algo. Y cuando no le daban, se enojaba. Decía ‘Ay estos chicos, qué mal que tocan’. Ahora vienen hasta periodistas hombres... ¡lo que es el destape, viejo!”.

Esa frase quedó grabada y el estigma crecía, pero todo iba a ponerse peor. En 1995, Raúl de la Torre estrenó una película musical basada en su historia. Sin avisarle, Patricia revivió su tortura, esta vez interpretada por Andrea del Boca.

“Salir de la fama de Peperina me cuesta un toco”, dice Patricia en el libro, y cuenta que cada dos por tres le tocaba el timbre algún fan de Charly para saber si ahí vivía la verdadera Peperina.

“Todos se hacen la película de que curtimos y no, nunca curtimos. Una vez me dio un beso en la boca, de prepo, en La Falda. Gritaba: ‘Esta es Peperina, la auténtica, vos me diste de comer muchos años...’”

El reclamo de ella era justamente ése: ella le sirvió para que él ganara plata, pero nunca nadie le dio de comer a ella. Esa factura se la pasaron mutuamente durante algunos años, hasta que ella dejó el circuito de rock definitivamente y ya no se cruzaron más.

En una entrevista que Gloria Guerrero le hizo a Charly García en septiembre de 1981, y que está en su libro La historia del palo, ella le pregunta por la historia de la canción y él contesta: “Es de alguien… es alguien que escribía notas del interior, y siempre que tocábamos en ese lugar, ella decía que era un bochorno… y nosotros nos preguntábamos: ‘Pero ¿cómo? Si estuvo lleno de gente, todos se fueron contentos, ¿cómo puede ser?’. Después conocimos a la Peperina, y realmente nos dimos cuenta de que nos odiaba en una forma terrible. Luego de escuchar el tema, le dijo a mi representante que yo era un buen sociólogo, pero que Serú Girán le seguía sin gustar”.

Clarín

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