Los datos constatan que desde el inicio de la pandemia, han muerto 10 periodistas solo en Cochabamba, como consecuencia de haberse contagiado con el mortal COVID-19.
En el gremio periodístico hubo
172 positivos y actualmente hay cuatro en estado crítico en los municipios de
Cercado, Quillacollo y Sacaba.
La pandemia de la COVID-19 golpeó
nuevamente al sector periodístico y se
ha cobrado las vidas de dos periodistas, una de Opinión, Betty Isabel Condori
Rojas, y de ATB, Johana Tapia Orozco, en las últimas horas.
El presidente de la
Federación Sindical de Trabajadores de la Prensa de Cochabamba, David Ovando,
demandó una mejor atención por parte de las autoridades y los diferentes
centros de salud a los cuales están afiliados los periodistas. "Han
cambiado las autoridades pero la salud sigue exactamente igual. ¿Desde cuándo
la Caja de Salud te entrega una receta para que el trabajador de la prensa vaya
a buscar medicamentos sabiendo que no existen?", reprochó Ovando.
Falta de condiciones de
bioseguridad
Los periodistas de calle,
están expuestos a la posibilidad de contagiarse del mortal virus, producto del
contacto directo con la gente en las calles. Reporteros y camarógrafos arriesgan
sus vidas diariamente.
Más de un colega dejo
entrever que en los medios los propietarios no se hacen responsables de
adquirir los materiales de bioseguridad y menos de darles seguro médico a los
trabajadores de la prensa que están desprotegidos.
A esto se suma que hasta
ahora no se logró emitir el decreto reglamentario para el seguro de la vida
para los periodistas que lograron la denominada ley de los hermanos Peñasco.
Con información de Opinión
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