El patrimonio religioso que
esconden algunos pueblos bolivianos los hace potenciales exponentes del turismo
sacro, en el oriente y occidente del país se cuenta con iglesias y capillas que
datan de la época colonial en el país.
En el oriente se dispone del
complejo turístico en las misiones de San José de Chiquitos. Hacia el occidente
del país, por ejemplo, hay comunidades en el altiplano que ostentan templos
arcaicos, pero bastante conservados.
Visitarlos, especialmente
por la noche, es un espectáculo visual. Estos santuarios están bajo un manto de
constelaciones que se distinguen sin necesidad de portar instrumentos ópticos.
Por el día, es posible
apreciar las reliquias que guardan e, incluso, los santos a los que adoraban y
pinturas del periodo colonial que están abandonadas y solo cuidadas por los
comunarios.
En la actualidad tampoco no hay
tour que promueva el turismo sacro en áreas rurales del país.
Con información de OPINIÓN
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