La captura de Mariúpol la convertiría en la mayor ciudad tomada por las fuerzas de Moscú en la guerra hasta el momento, y daría al Kremlin una muy necesitada victoria, aunque el paisaje ha quedado reducido en gran parte a escombros.
Más de 260 combatientes ucranianos —algunos de ellos gravemente heridos y sacados en camilla— abandonaron el lunes las ruinas de la planta de Azovstal y se entregaron al bando ruso, en un acuerdo negociado por las partes en conflicto.
Las autoridades ucranianas dijeron que estaban trabajando para extraer a los soldados restantes de la enorme planta siderúrgica. No quisieron decir cuántos seguían allí.
Rusia lo calificó de rendición. Los ucranianos evitaron esa palabra, y en su lugar dijeron que la guarnición de la planta había completado su misión y que no había manera de rescatar a sus miembros militarmente en una ciudad controlada por Rusia. AP
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