En la última semana la
ciudadanía en Bolivia se conmovió por las violaciones y agresiones contra niños
y niñas, dejando abierto el debate para endurecer las penas contra los agresores.
En Yapacaní un niño de diez
años se debate entre la vida y la muerte, producto de la violación y contagio
del Síndrome de Inmune Deficiencia Adquirida, uno de sus agresores fue casi
linchado por la población, para posteriormente ser enviado a la cárcel de
Chonchocoro.
En la ciudad de Potosí un
menor de siete años fue violado y le contagiaron una enfermedad de transmisión
sexual.
El doctor Andrés Duarte jefe
de Pediatría del Hospital Daniel Bracamonte informó este viernes que, tras
realizar la revisión física al menor junto al médico forense, lograron
‘encontrar algunas lesiones a nivel genital’, las mismas fueron evaluadas, y
reciben el tratamiento correspondiente.
“Fue traído por la Defensoría
un niño que se encuentra ya estable, vino caminando, estaba también la
Fiscalía, a nosotros nos indicaron que vinieron para una revisión, y juntamente
con la médica forense se hizo la revisión donde se pudo encontrar algunas
lesiones a nivel genital”, manifestó Duarte.
Respecto a la evolución de
salud del menor de siete años, dijo que fue afectado por una enfermedad de
trasmisión sexual, pero indicó que se encuentra estable, el informe final lo
emitirá el médico forense de la Fiscalía.
En la ciudad de Cochabamba
una menor de 12 años fue violada por su propio abuelo, se encuentra internada
con un proceso de embarazo de seis meses. La junta médica del nosocomio se
niega a interrumpir el proceso de gestación; mientras la representación del
Defensor del Pueblo presiona para detener el embarazo.
Ante estos hechos,
parlamentarios del oficialismo y oposición coincidieron en que se deben
endurecer las penas contra los agresores, ya sea con la pena de muerte o la
castración química.
Agencias
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