El
Departamento de Justicia de Estados Unidos ha iniciado una investigación sobre
la muerte a tiros de la periodista de Al Jazeera Shireen Abu Akleh, dijo el
lunes el ministro de Defensa de Israel, Benny Gantz, quien calificó dicha
pesquisa como un “grave error” y prometió no cooperar.
Un
portavoz del Departamento de Justicia no respondió por el momento a una
solicitud de comentarios y no había detalles sobre cuándo habría iniciado la
investigación y lo que incluiría, ni cuáles podrían ser sus repercusiones. Pero
una pesquisa de Estados Unidos sobre acciones israelíes sería una acción
inusual.
Una
pesquisa representaría un desafío directo a las afirmaciones de Israel de que
hace rendir cuentas a sus soldados por sus acciones en territorios palestinos y
haría tambalear la alianza estratégica entre Estados Unidos e Israel en un
momento en el que los israelíes se preparan para la formación de su gobierno
más derechista de la historia, y en un contexto en el que los demócratas
estadounidenses han pedido adoptar una postura más dura hacia Israel.
Gantz
hizo la declaración en Twitter, señalando que Israel ha dejado claro a Estados
Unidos “que no cooperaremos con ninguna investigación externa”.
“No
permitiremos interferencia en los asuntos internos de Israel”, añadió. Gantz,
quien dejará el cargo luego de las elecciones realizadas hace unas semanas,
fungía como ministro de Defensa cuando Abu Akleh fue asesinada.
Abu
Akleh, una ciudadana palestina que cubrió los operativos israelíes en los
territorios palestinos durante años, también contaba con la ciudadanía
estadounidenses, y su familia había exigido una investigación exhaustiva por
parte de Estados Unidos sobre su muerte.
El
hermano de Abu Akleh, Tony Abu Akleh, comentó a Al Jazeera que la familia era
optimista, señalando que es “muy importante hacer rendir cuentas a los
responsables y evitar delitos similares”.
“Esperamos
que sea un punto de inflexión en la investigación de la muere de Shireen”,
comentó.
Funcionarios
palestinos, la familia de Abu Akleh y Al Jazeera acusan a Israel de haber atacado
y matado intencionalmente a la periodista de 51 años, quien llevaba un casco y
un chaleco protector con la palabra “prensa” cuando fue baleada el pasado mes
de mayo en la Cisjordania ocupada.
Había
cubierto Cisjordania para Al Jazeera durante dos décadas y era un rostro muy
conocido en el mundo árabe. Su muerte tuvo repercusiones en toda la región.
Una
serie de investigaciones realizadas por medios de comunicación internacionales,
incluida The Associated Press, encontró que lo más probable es que los soldados
israelíes hayan disparado la bala que mató a la periodista. Estados Unidos
concluyó que un soldado israelí probablemente la mató por error, pero no
explicó cómo llegó a esa conclusión.
Después
de su propia investigación, Israel reconoció que Abu Akleh murió por disparos
israelíes, pero negó enérgicamente las acusaciones de que un soldado le disparó
deliberadamente.
No
es raro que el FBI u otros investigadores estadounidenses realicen pesquisas
sobre muertes no naturales o lesiones sufridas por estadounidenses en el
extranjero, sobre todo si son empleados gubernamentales.
Sin embargo,
esas investigaciones por separado no son la norma, y es raro, sino es que sin
precedentes, que se lleven a cabo en países que son aliados de Estados Unidos,
como es el caso de Israel, que cuenta con el reconocimiento de Washington de
que tiene un sistema jurídico creíble e independiente.
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