El
primer ministro japonés Fumio Kishida ha demorado su partida al sureste
asiático, donde asistirá a tres cumbres, para destituir y reemplazar a su
ministro de Justicia, quien declaró que su trabajo solo llega a las noticias
cuando firma una orden de ejecución.
El
ministro de Justicia, Yasuhiro Hanashi, dijo a la prensa que presentó su
renuncia el viernes, dos días después de su declaración en una reunión
partidaria de que su trabajo de escasa repercusión solo aparecía en los
noticieros del mediodía cuando usaba su sello “hanko” para confirmar penas de
muerte por la mañana.
La
observación provocó inmediatamente críticas de la oposición y también desde el
seno del partido oficialista, ya sumido en una controversia debido a sus
vínculos de décadas con la Iglesia de la Unificación, un grupo religioso con
sede en Corea del Sur al que se acusa en Japón de utilizar medios indebidos
para reclutar adeptos y lavar el cerebro de sus adherentes para que realicen
grandes donaciones.
AP
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