Foto: Prensa Latina |
La mexicana Elena Alcántara no
compra más ropa y dejó de ir a restaurantes. El chileno Pedro Serrano reemplazó
la carne vacuna por el pescado enlatado, que es más barato, y en Uruguay María
Fulquere recurre a las ollas populares para poder comer.
Son los efectos de la
inflación que a excepción de Venezuela y Argentina -que han lidiado con este
problema durante largos años- reapareció con fuerza en América Latina y el
Caribe luego de una etapa de relativa estabilidad.
Alcántara, de 32 años, afirmó
a The Associated Press días atrás en un mercado de la Ciudad de México que este
año prescindió de algunos gustos como salir a comer afuera y su familia
aprendió “a comprar lo esencial” para que rinda su salario de 258 dólares
mensuales en una guardería infantil.
Así, redujo de tres a una vez
por semana las compras de carne para sus padres y su pareja y ella misma
prepara las tortillas de maíz.
AP
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