Foto: AP News |
La batalla de nueve meses por
Bájmut ha destruido esa ciudad ucraniana de 400 años de antigüedad y dejado de
miles de personas muertas, en una demostración mutuamente devastadora de la
estrategia ucraniana de agotar a las fuerzas rusas.
La neblina de guerra hizo
imposible confirmar la situación en el terreno el domingo: el Ministerio de
Defensa de Rusia aseguró que, con apoyo de sus fuerzas, el grupo mercenario
Wagner había tomado la ciudad. El presidente ucraniano Volodymyr Zelenskyy, entretanto,
insistió en que Bájmut no estaba ocupada por fuerzas rusas.
De cualquier manera, lo cierto
es que el valor de la ciudad, para ambos bandos, es más simbólico que
estratégico. El indicador más importante del éxito que han tenido las fuerzas
ucranianas es el hecho de que han logrado mantener estancados a los rusos allí.
Las fuerzas ucranianas buscan agotar los recursos y la moral de las fuerzas
rusas en ese pequeño, pero importante trecho de la línea del frente de 1.500
kilómetros (932 millas), mientras se preparan para una importante
contraofensiva.
AP
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