El limitado número de periodistas que están en Gaza tratan de informar sobre la guerra con Israel mientras sufren los mismos problemas que la asediada población palestina de la Franja: se preguntan dónde vivirán, dónde conseguirán comida y agua y cómo se mantendrán a salvo.
Las secuelas de la explosión que el martes mató a cientos de personas en un hospital de la Ciudad de Gaza es el último ejemplo de cómo la realidad lastra la capacidad del mundo para obtener una imagen completa de lo que les ocurre a los palestinos residentes en el enclave.
Los periodistas extranjeros no han podido entrar al territorio desde que Hamas atacó Israel el 7 de octubre. El único acceso para ellos, el paso israelí de Erez, fue atacado en el asalto y sigue cerrado. Un puñado de medios ha mantenido una presencia regular con oficinas en la Franja, incluyendo The Associated Press, BBC, Reuters, Agence France-Presse y Al-Jazeera, con una red de colaboradores que ayudaban a otros.
AP
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