En los extremos de Lima se observaban extensas filas de hasta ocho cuadras en las principales paradas del transporte público y afuera de los grandes mercados de alimentos y centros comerciales.
Segundina Lolo, de 73 años, repartía diarios debajo de las puertas de diversos negocios del casco histórico capitalino. “Dios siempre me acompaña”, dijo la mujer cuando fue consultada por si temía contagiarse en esta ciudad de 485 años, que concentra el 70% de infectados de Perú.
El presidente Martín Vizcarra dijo el miércoles, mientras recibía 400 ventiladores mecánicos comprados en China, que el fin del encierro busca “reactivar la economía” y generar empleos. En la víspera, el mandatario añadió que ante un posible repunte de contagiados “la medida más severa sería retomar la cuarentena, pero sería la última opción”.
Por primera vez se observó a vendedores callejeros de comida colocando plásticos transparentes para cubrir sus carritos mientras ofrecían un desayuno por cincuenta centavos de dólar.
Varias calles y los alrededores de los mercados lucían llenos de vendedores ambulantes que vendían protectores faciales y desinfectantes.
Los trabajadores municipales del centro de la ciudad limpiaban las estatuas de la capital con chorros potentes de agua, una de ellas era la del poeta peruano César Vallejo, en quien se inspiró semanas atrás el arzobispo de Lima, Carlos Castillo, para describir el dolor que sienten los peruanos mientras oficiaba una misa sin feligreses pero con más de 5.000 retratos de muertos por el virus.
La cuarentena no frenó el avance del nuevo coronavirus, pero según las autoridades evitó 145.000 muertes y más de un millón de hospitalizados. El ministro de Salud, Víctor Zamora, dijo al diario La República que sin cuarentena Perú habría sido golpeado por “una auténtica masacre”.
El encierro continuará hasta fines de julio en siete regiones de la zona central del país con contagios en ascenso que incluyen zonas sobre el Pacífico, en los Andes y en la Amazonía. La cuarentena no incluye a Lima, foco principal de los contagios, porque según las autoridades la tasa de transmisión de la enfermedad ha comenzado a disminuir.
Los contagios están descontrolados, de acuerdo a las autoridades, y tenían un promedio de 4.000 nuevos infectados diarios en junio.
El distanciamiento social de 106 días provocó la más fuerte contracción de la economía peruana, la quiebra de miles de negocios y millones de desempleados. El Producto Interno Bruto del país caerá 12% en 2020 de acuerdo con cifras del Banco Mundial, la tercera peor caída del mundo.
Si bien la cuarentena terminó a primera hora del miércoles, desde abril miles de peruanos ya salían a las calles para ganar algo de dinero como vendedores ambulantes debido a que no tenían seguro de desempleo ni podían trabajar en forma remota. El país tiene un nivel de informalidad laboral del 70%.
Perú es el séptimo país con más casos del nuevo coronavirus en el mundo con más de 285.000 infectados y 9.677 muertos.
AP
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